Al perderte yo a ti
Por Ernesto Cardenal
Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido:
yo porque tú eras lo que yo más amaba
y tú porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti
pero a ti no te amarán como te amaba yo.
miércoles, 25 de diciembre de 2013
Cada palabra que escucho o leo me hace recordar como tú la decías al hablar conmigo.
Cuando hace frío, te recuerdo, puedo oirte en mi cabeza diciendo ¨I´m cold¨ y siento tus brazos apretando el mío.
Algún día despertaré y no pensaré en ti.
Algún día caminaré las plazas sin sentir tu presencia.
Algún día pestañaré y no veré tu rostro.
Se me pasarán las ganas de besar tus mejillas, de jugar con tu pelo y de observarte dormir en el sofá.
Se alejarán los recuerdos, el olvido es mi aliado.
Olvidar como se siente amar tanto.
Olvidar como es tenerte entre mis brazos.
Olvidar tu olor, tu risa.
Olvidar tu mirada y olvidar que estuve vivo mientras quisiste, cuando quisiste, ser dulce conmigo.
No tienes idea, nunca la tuviste, no la tendrás.
Es mejor así.
No te preocupes, estaré bien.
Estoy lleno de sombras
Este señor sí que me entiende:
Rostros de vos
Por Mario Benedetti
Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón.
Tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto
y por sabor.
Sin temblor de más
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos.
Estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna
maldición.
Mis huéspedes concurren
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor
yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos.
Pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres
que buscan su hambre
miran y miran
y apagan mi jornada.
Las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada.
Ya mi rostro de vos
cierra los ojos
y es una soledad
tan desolada.
Rostros de vos
Por Mario Benedetti
Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón.
Tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto
y por sabor.
Sin temblor de más
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos.
Estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna
maldición.
Mis huéspedes concurren
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor
yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos.
Pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres
que buscan su hambre
miran y miran
y apagan mi jornada.
Las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada.
Ya mi rostro de vos
cierra los ojos
y es una soledad
tan desolada.
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