domingo, 10 de mayo de 2009

El pobre Lobo

Llega el Lobo Feroz a su casa luego de una extendida jornada de cacería para alimentar a sus niños caperucitos y niñas lobas.

- Lobo Feroz: Mi amor, ya llegué. Limpia un poco la nevera que tenemos comida para buen rato.
- Caperucita Roja: Gran vaina.
- LF: Termina de por Dios ese pote de mostaza o acaba de botarlo, esos hot dogs se hicieron hace un año. ¿Y esa media manzana? Esa vaina no se la va a comer nadie.
- LF: Ya mi vida, ¿la limpiaste?
- CR: Límpiala tú.
- LF: pues la limpio yo, no hay problema.

El Sr. Lobo termina su tarea y luego se dirige a su cuarto. Al entrar, se quita lo zapatos y se prepara para bañarse.

-CR: tú no me quieres. ¡Tú no me deseas como mujer!
-LF: Ay mujel del diablo, no empieces tu con lo mismo.
-CR: ¿lo mismo?, ¡la misma verdad!
-LF: Caperucita, oyeme lo que te voy a decir.
-CR: no me digas nada, yo se que es lo que pasa. ¡Tú tienes a otra!
-LF: Claaaro que no, ¿cómo tu dices eso?
-CR: ¡Es eso! Es eso o tú eres más pájaro que lobo. Yo sabía que había algo raro, desde siempre. Yo no he olvidado, que el día que me aparecí en tu casa, ¿te acuerdas? Que tú estabas de palomo y yo tuve que tirarme para allá como los SWAT y ponerte para la vaina. Ese día, tú no dejaste de preguntarme por el cazador. Que cómo era él, que si yo lo conocía, que si vivía lejos o vivía cerca. Tú hasta querías que lo esperáramos, disque para experimentar cosas nuevas.

-LF: Caperucita, ¡No, tú bien sabes que no!
-CR: ¿qué es entonces?
-LF: Es que las cosas han cambiado. Yo estaba pensando el otro día, ¿pero y qué fue? Antes tú siempre estabas cambiadita, bien puesta. Tenías las manos suaves y el pelo arreglado. El tiempo contigo era agradable, eras dulce y alegre.
-CR: ¡Ajá, ahora! Después de que te dí los mejores años de mi vida. Tú crees que es fácil estar bonita después de darle el seno a esas lobas hijas tuyas con esos dientazos.
-LF: ¡Hijas mías! ¿Y no son tuyas también? Tú nada más quieres a los tres pajaritos esos hijos tuyos, yo te dije que usar caperuza les iba a hacer daño. Mira ahora, no le hacen caso a ninguna de las niñas y, en el colegio, dicen que ellos se gustan entre ellos.
CR: ¡Eso es mentira! Lo que pasa es que ellos son muy niños y aún no están listos.
-LF: Sí, muy niños a los 17. No me digas…
-CR: De quien tú no hablas es de las lobas esas, hijas tuyas, que tienen más millas que un 747. Eso` avionazo`.
-LF: ¡Si, pero en eso salieron a ti!
-CR: ¡Mira malvado, yo te mato!

Caperucita, molesta amenazó al Lobo:

-CR: esto es lo último, quiero el divorcio. Te voy a quitar la mitad de todo más la casa y te voy a quitar de lo tuyo la manutención de estos siete muchachos. Tú vas a ver lo que es bueno. Deja que yo hable con la abuela, ella que no te pasaba, tú vas a ver ahora. A lo mejor puedas cumplir tu sueño de iniciar una nueva vida con el cazador, ¡hijo de tu madre!

Ante la amenaza el Lobo, viéndose sin un peso y en la calle, empieza a calmar a Caperucita:

-LF: Mi amor, no te pongas así mi vidita. Tú sabes que tú eres lo único importante en mi vida. Mira que cosita más bonita. Tú eres lo que yo más quiero, yo por ti…

Y mientras, sólo pensaba para sí mismo: “…y yo de pendejo, creyendo que el lobo era yo.”

2 comentarios:

Lau dijo...

jajaja te pasaste

Anónimo dijo...

hey muy buenos tus escritos...pasa por mi blog a ver si me agregas. ok