Por tì descubrì que los milagros no ocurren todos los dìas,
que no tengo paciencia para esperar la casualidad
ni fe suficiente como para confiar en el azar.
Ya sè que tengo que esforzarme,
que me tengo que arriesgar,
que tengo que entregarme.
Y sì, me voy a esforzar
y sì, me voy a arriesgar
y sì, pienso entregarme.
Y sì, pero... ¡acaba de aparecer, azarosa!
lunes, 1 de marzo de 2010
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