El Mercado de los Limones (economía!!!)

En el paper de Akerlof se plantean las posibles consecuencias de la incertidumbre respecto a la calidad de los bienes y servicios ofertados en un mercado, que a la vez implica el desconocimiento por parte de los demandantes del precio justo de los mismos y pone en una posición riesgosa al potencial comprador. Explica como se ve afectado el mercado cuando se da la asimetría de información y es aprovechada por vendedores deshonestos que ofertan baja calidad a precios de alta calidad. Menciona que en los mercados en los que el precio que está dispuesto a pagar el comprador depende de un análisis (o intuición) estadístico sobre las condiciones del bien y no de las condiciones reales del bien (información concreta), se incentiva a que se coloquen productos de mala calidad porque, para cualquier posible grado de calidad, se va a vender a un precio promedio.

Supongamos que en un mercado solo se venden bienes de óptima calidad y que el precio viene determinado como mencionamos anteriormente, en un caso como este es conveniente fabricar e introducir bienes de baja calidad al mercado, ya que van a pagar por él un precio cercano al de un artículo de óptima calidad y obviamente, te cuesta menos introducir un artículo de baja calidad al mercado que uno de alta calidad. Como eso es cierto, cada vez más artículos de baja calidad se van a ir introduciendo al mercado y van a disminuir el precio que los compradores potenciales están dispuestos a pagar. Es precisamente ahí donde se complica, el precio puede bajar hasta un punto en que a quien oferta artículos de óptima calidad, no le resulta conveniente o no está dispuesto a vender y procede a retirar su artículo del mercado. Esto se repite con los diferentes niveles de calidad y, eventualmente, los artículos de baja calidad van a desplazar completamente a todos los de óptima, buena y mediana calidad. En consecuencia de esto, cesará el intercambio de bienes, ya que, nadie compraría un artículo si tiene la certeza de que no va a hacer lo que se supone que debería y que no va a satisfacer la necesidad que motiva su compra. No se desprenderían los compradores potenciales de su dinero, teniendo conocimiento seguro de que no van a lograr nada con esto, solamente perder (claro, suponiendo agentes racionales).

Entonces, los vendedores mal intencionados y los compradores mal informados distorsionan y perjudican los mercados en los que intercambian. Si los compradores disponen de toda la información sobre los bienes y servicios, se asignarían precios justos a los mismos en función de las condiciones que posea, permitiendo así la comercialización eficiente de productos de todos los grados de calidad, ya que cada uno sería intercambiado por el precio que le corresponde.

Se presentan ejemplos como el del mercado de los vehículos usados, el de seguros de salud para ancianos y el de créditos en países subdesarrollados. Amplía el costo de la deshonestidad, que según plantea, no abarca simplemente el monto de la pérdida en que incurren los agentes al ser engañados, toma en cuenta además el efecto negativo que pueda tener en negocios y transacciones futuras que dejaron de realizarse como consecuencia de esa mala jugada y de la desconfianza que se genera.

Parecido al modelo de los vehículos usados de mala calidad (limones), puede verse que, funcionan los mercados de muchos bienes. Supongamos que las personas empiezan a enfermar por comidas de baja calidad en restaurantes, entonces estarán dispuestas a pagar menos por comer en un restaurante y, eventualmente, los restaurantes buenos dejarán de operar. Cuando eso suceda, sólo los restaurantes que enferman a las personas van a operar y ninguna persona racional va a comer en un restaurante si tiene la certeza de que va a enfermar.

Incluso, lo mismo aplica para algunos intercambios en los que no existe un mercado, las relaciones interpersonales. Si la valoración y la confianza que se tiene a un amigo no se basa en informaciones reales y experiencias, más se basa en un promedio del valor y la confianza que merecen todos lo posibles amigos, hay incentivos a ser un mal amigo y aprovecharse de la confianza depositada. Entonces será lo mismo, en un caso extremo, solo será posible tener amigos que se vayan a aprovechar de ti y las personas dejarán de tener amigos.

Pero hay “instituciones” o mejor dicho señales, que surgen con el fin de contrarrestar la incertidumbre con respecto a la calidad y el precio justo. En el caso de las relaciones interpersonales podemos mencionar la reputación de los individuos y las referencias que ofrezcan los demás. En el caso de bienes y servicios tenemos las garantías, los “nombres de marcas” y las cadenas. Las garantías mueven la carga que podría generar la baja calidad para el comprador hacia los vendedores y fabricantes. Por su parte los nombres de las marcas o el renombre de las marcas y las cadenas, dan una idea de la calidad del producto, ya que, el mismo se construye en base a calidad y experiencias de compradores que conocen del bien o servicio.

De cualquier manera, la señalización no quita toda la incertidumbre. El hecho de que un estudiante se gradúe con honores no necesariamente implica que vaya a ser tan productivo como se supone debería serlo, puede que no haya sido buen estudiante y se copiara. De la misma manera en bienes y servicios, no porque un restaurante sea de renombre elimina completamente el riesgo de que no satisfaga tus necesidades. Hay también leyes y regulaciones que protegen a los consumidores y a los mercados de agentes deshonestos, que buscan beneficiarse en perjuicio de los demás. Lo más recomendable, de cualquier manera, es tratar de informarse lo mejor posible y tomar siempre en cuenta que probablemente no se tiene acceso a toda la información útil al momento de hacer un intercambio.